En la Venezuela “boliburguesa” mucho se ha hablado de manera despectiva de los cuarenta años del punto fijismo, los que comentan y los que escuchan no se han detenido a pensar que de estas décadas, han formado parte activa o pasiva, muchos de los que ahora golpean sus pechos con manos de aparente piedad, con ojos de escasa luz y con pensamientos envueltos en la oscura noche sin fin de la complicidad y el clientelismo, reitero, formaron parte de la cuarta.
Definitivamente, la gran bondad del punto fijismo, tal vez la encontremos, en la sustitución de un gobierno por otro; pero innegablemente había más seguridad personal, a pesar de todas las deficiencias que pudieran existir. También. Hubo libertad, en lo que se refiere a la libre empresa, a la libertad de culto y a la libertad de escoger nuestro primer empleo. En una palabra, hubo más oportunidades.
Que hubo violación a los derechos humanos, si los hubo; que hubo complicidad silente, si la hubo. Que hubo corrupción, también la hubo; pero el hampa era perseguida sin tregua y no se negociaba con choros. Los choros pagan cana, cárcel, prisión o como quiera llamarse. Porque con la seguridad de la ciudadanía y con su tranquilidad, ningún gobierno serio negocia. Porque primero estaban los derechos fundamentales de la colectividad, no los de unos pocos, al margen de la ley. Que además, se convierten en especialistas de delito, en los reclusorios que existen en este rico y pobre país. Rico en petróleo y gas, y pobre en principios, ética y moral.
Nací, me crie y me forme en la cuarta. Una cuarta que me dio la enseñanza para ser buena ciudadana, bajo los principios de una añorada Formación Moral y Cívica, en primero y segundo año de bachillerato. Una cuarta, donde aprendí que lo malo jamás puede ser bueno y lo bueno jamás puede ser malo. Una cuarta, donde los hogares formaban ciudadanos útiles, serios, responsables, trabajadores honrados e institucionalistas.
¡Ah! Cuarta donde se tenia altos y bajos, pero con oportunidades de aprender con buenos maestros y con profesores con mística. NO, con facilitadores que sólo facilitan el conocimiento; pero lastimosamente no enseñan, ni dejan modelos a seguir de buenos y probos ciudadanos, de lucha social de igualdad de oportunidades, no de no de oportunistas, ni de vende dignidad. Pues, adeco era adeco, el copeyano era copeyano, el masista o mepista; era masista o mepista, y el del pcv era pecevista, independientemente de las reservas que hubo para con la izquierda. Nadie vendía su dignidad política p ideológica.
En aquella mal nombrada cuarta, se respetaron los cuadros políticos descentralizados. No como ahora, que cada reyezuelo regional o local, tiene una corte, donde no hay cabida para nadie más. Perdón, si hay cabida, pero para los cubanos, los chinos, los rusos o bielorrusos; sino me creen pregunten en las obras civiles y de vialidad a cargo de estos señores, donde como muestra de su dominio dicen “del portón de la obra para fuera es Venezuela, del portón de la obra para adentro es territorio nacional de quien ejecuta la obra. Vaya independencia y vaya triste concepto de soberanía!!!
Que tiempos de la cuarta!!! Donde se enseñaba el respeto a lo ajeno y donde el mandamiento cristiano de “NO ROBARAS” se tenía siempre en presente y JAMÁS en pasado. Que tiempos aquellos!!! Donde la vida era más valiosa que un par de zapatos, que tiempos aquellos, donde el manual de Carreño era importante conocerlo y manejarlo desde la escuela y no como ahora, donde se maneja el manual “del safio de la comuna” y del sectarismo acentuado y donde el disentir no tiene cabida.
Está en cada uno de nosotros, los venezolanos de ayer y de hoy. Los venezolanos de siempre, volver a rescatar el respeto, a exigir respeto, altura en las discusiones y a reclamar la aplicación y el acatamiento de las normas.
El país, nuestro país debe estar por encima del sectarismo político y de la entrega ideológica. Tenemos, legitimo derecho a tener un país, donde la ciudadanía este por encima de la ideología.
Venezuela te amamos, Venezuela para los venezolanos!!!
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